Técnicamente,
si hablamos de manera objetiva los colores no existen como tal físicamente, si
no que son solo un producto de la mente. El cerebro ve diferentes colores que
son en realidad la variabilidad de longitudes de onda existentes en la luz
visible (abarca desde los tonos rojos hasta los tonos violáceos).
Cuando la luz blanca incide sobre una superficie, una parte del
espectro visible es absorbida por ésta y otra es reflejada y captada por el ojo
humano. El color percibido es el resultado de la mezcla de las longitudes de
onda reflejadas. Es decir, con la luz blanca (diurna) el color de la hierba lo
percibimos color verde, dado que su superficie refleja la porción del verde del
espectro visible, mientras que absorbe el resto.
Por tanto, se puede decir que cada persona percibe los colores de
forma distinta.
EL ROSA PARA ELLAS, EL AZUL PARA ELLOS
Pese a que, como hemos
visto, los colores no son más que longitudes de onda, en la actualidad la sociedad asume de manera generalizada un
marco de valores segregando a niños y
niñas, mujeres y hombres, por colores.
A las niñas, en la publicidad se
las representa como personas pasivas, subordinadas, dependientes y preocupadas
por lo doméstico, características que la
mayoría de las veces se encuentran enmarcadas
en el color rosa.
Sin embargo, en los niños, casi siempre representados por el color azul,
se fomentan juegos de construcción, creatividad y la participación individual
activa (liderazgo).
Pero esta regla cromática no
siempre fue así.
EL ORIGEN DEL ROSA
No hace falta decir, que los
colores no están asociados biológicamente a ningún género, si no que más bien
es una convención arbitraria que ni siquiera tiene una historia ancestral.
No hay raíces que justifiquen las
preferencias de color, ni tampoco hay razones genéticas; Curiosamente en 1914, el rosa se asociaba a los niños
(decisión y fuerza), mientras que las niñas era el azul (delicadeza y
amabilidad).
Esta tabla refleja la indecisión
ante la búsqueda de un patrón de color.
No es hasta los años
80 cuando se impone el rosa,
definitivamente en la paleta de colores
de productos para niñas, desplazando a otras alternativas.
Por tanto existen preferencias y
no habilidades perceptivas ante los colores. De hecho, el color favorito de la
mayoría de las personas es el azul, lo que podría estar relacionado con la
importancia que tuvieron el agua y el cielo para nosotros.
Las preferencias entre hombres y
mujeres son similares. De manera generalizada nos gusta el azul, rojo y verde, mientras que
nos desagrada el rosa, gris y marrón. Solo el rosa es el color favorito de
menos del 5% de las mujeres, aunque hay que considerar una posible influencia
asociada a estereotipos existentes.